«Rosy & John» de Pierre Lemaitre

Pierre Lemaitre (París, 1951) es autor de éxito avalado por millones de lectores y varios galardones, como el Goncourt (2013), dos veces el Dagger Awards, el de Novela Negra Europea y el Best Novel Valencia Negra. Su dinamismo expresivo y facilidad para envolvernos en atmósferas de intriga y suspense lo han convertido en uno de mis favoritos del género. Francamente, sus libros son muy potentes, narrativamente hablando, y desde luego, es un gigante de la novela negra de este siglo.

«Rosy&John» puede considerarse el cierre de la trilogía Camille, junto a «Irène» y «Alex». «Rosy&John» es más breve que las anteriores, pero igual de absorbente, igual de contundente y con la misma seña de identidad: la conjunción de una prosa que aparca el morbo y un estilo limpio, preciso, como un bisturí.

El protagonista aquí es Jean Garnier (John), un joven solitario que ha perdido todo: su trabajo, tras la muerte misteriosa de su jefe, y su novia, Carole, en un extraño accidente. Su madre, Rosie, es su principal amarre en la vida, pero cumple prisión en la cárcel. Con una existencia atormentada por tanta desgracia, el bueno de John, como la mayoría de seres que viven atormentados, necesita dar rienda suelta a su dolor y planea una ola de terror. Concretamente, hacer explotar siete obuses, uno por día, en distintos puntos de la geografía francesa. Tras el primer estallido se entrega a la policía y exige, para evitar la catástrofe, la liberación de su madre.

Y como una investigación no es más que una forma de arrojar luz sobre la realidad, Pierre Lemaitre se sirve del comisario Camille Verhoeben para tal empresa. Camille es un detective peculiar que seduce por su fino olfato para rastrear al ser humano y sumergirse en las profundidades más oscuras de sus entrañas. A pesar de permanecer en un estado colérico perpetuo y ver el mundo casi desde abajo (1,45 metros de estatura) es capaz de desentrañar los asuntos más turbios en los que haya un cadáver. Aquí se encuentra ante un gran dilema: ¿es John un lunático con delirios de grandeza o una verdadera amenaza para todo el país? ¿qué secreto esconde la relación madre e hijo? La única forma de saberlo es leer la novela. Nada diré de cómo se desenvuelve la trama.

Como es de esperar, «Rosy&John» es tremendamente absorbente, se lee de un tirón, tal vez, por ese toque de adrenalina que escupe la escritura fina de Lemaitre. Una escritura en la que lo que importa no es la resolución el crimen, sino el retrato de la perversidad moral de los personajes y de la sociedad en la que se mueven. Como marca el canon del género, la descripción de los personajes y ambientes tiene más importancia que las pistas y detalles que conducen a resolver la trama. Excelente aliciente para los amantes de la novela negra y para quienes tejan idilios con inspectores carismáticos.

Buenos días y buenas lecturas.

Deja un comentario