«La uruguaya» de Pedro Mairal

Hoy traigo «La uruguaya» de Pedro Mairal (Buenos Aires, 1970), una novela argentina que se publicó con gran éxito en su país, si bien a mí me ha resultado algo sobrevalorada. Aborda la crisis conyugal de un matrimonio (Lucas Pereyra y Catalina) con un hijo (Maiko). En pocas páginas, nos cuenta las consecuencias de los deslices de un cuarentón, que entra al juego de la seducción tras una feliz coincidencia con una joven de 28 años, la atractiva Magalí Guerra.

Lucas Pereyra (44 años) es un escritor que no pasa por su mejor momento profesional. Viaja de Buenos Aires a Montevideo para recoger el dinero que le pagan por sus novelas y es precisamente allí, en un evento literario, donde conoce a Guerra. No tarda en hilvanarse el idilio entre ambos. Sabido es que cuando dos personas se atraen, una extraña telekinesis abre entre ellos un camino que aparta todos los obstáculos. Imantado por el enamoramiento a distancia, Lucas pierde el sentido de la realidad. Su idea es viajar a Montevideo varias veces al año y verse con Guerra en cada ocasión, pero las cosas no salen como él tenía planeado. En parte, porque es un tipo sentimentalmente inmaduro. Un hombre que vive sin contar con ese punto ciego que, a veces, existe en un matrimonio. Instalado en la fantasía de una pasión, se prepara para cada encuentro con su amada y lo disfruta como si no tuviera pasado, con esa ceguera que da el sentirse enamorado de un modo febril. Se diría que está investido de una mágica capa con el poder de convertir en invisibles sus problemas. El aliento de los días da un giro a la previsión edificada por el lector y alguna sorpresa final que no voy a desvelar.

Se lee en un santiamén. Por su buen ritmo y porque es muy entretenida. Mairal ha elegido contarla en primera persona, a través de la voz de Lucas y narra lo que le sucede, en un único día, sirviéndose de un estilo cómodo y fácil. Merece la pena comentar que está salpicada de expresiones y vocablos propios del habla argentina. Se dice plata por dinero, mina por chica, manejar por conducir, coger por follar, celular por móvil y otros localismos, como la utilización de vos por tú, o el uso del adverbio recién delante o detrás de verbos en forma personal, uso que no existe en el español de España.

Lectura recomendable para sofocar estos tórridos días donde el mejor ventilador es pasar con complicidad y rapidez, una tras otra, las páginas de un libro.

Buenos días y buenas lecturas.

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