«La balada de Iza» de Magda Szabó

  La recomendación de hoy es un texto de la escritora Magda Szabó (1917-1982), considerada una de las mejores novelistas en húngaro de la historia. «La Balada de Iza« está escrita con una pureza y una belleza extraordinaria. Cada párrafo es una melodía que se integra en la partitura del texto como si estuviera dictada desde lo más profundo del alma.

  El título ya nos anuncia que vamos a entrar en una historia cocinada a fuego lento. En efecto, a medida que vamos leyendo va sonando en nuestro corazón una deliciosa balada de palabras que nos alojarán en una trama cotidiana y dura hasta que cerremos el libro. Precisamente esa balada que anuncia el título, ese tono melancólico sostenido es la virtud más sobresaliente de la novela. La húngara consigue dar con el tono perfecto. Cada frase está construida con esa misma cadencia, con ese eco expresivo íntimo, acompasado, elocuente y disecante.

  Decía el maestro Ortega y Gasset en su delicioso ensayo «Estudios sobre el amor» que el amor es una facultad del alma y, lo más interesante, que no está al alcance de todos. Unos la poseen y otros no. Podremos oponernos a esta premisa, pero lo cierto es que no todos los seres humanos tienen este ímpetu que emerge de lo subterráneo de nuestro ser y nos permite relacionarnos con los demás de un modo exitoso. Esta novela ahonda en esta dolencia, en esta carencia sustancial tan común, a través de la relación de una hija con su anciana madre.

  Al enviudar la madre, la hija (Iza) toma las riendas de la situación y se encarga de todas las cuestiones prácticas: organiza el entierro, vacía la casa familiar y ofrece a su madre una vida nueva en Budapest, donde ella reside. Pero saber amar es el secreto más complicado del que podemos estar dotados. Ya decía Ortega que es raro encontrar esa condición. La escritora húngara da un paso más y nos muestra que no haber sido beneficiados con esta virtud puede desembocar en fatales consecuencias.

  Las buenas intenciones no son garantía de una vida óptima, de una vida feliz. Tal vez, no las engendra siempre el amor. Incomprensión, irritación y enfrentamientos forman parte de ese universo en el que, con buenas intenciones y sin pretenderlo, podemos empujar al otro a un precipicio vital. Aquí, Iza es incapaz de relacionarse con su madre de una forma satisfactoria para la anciana. No sabe, ese es el problema. Iza da a su madre todo lo que necesita, pero no sabe darle todo lo que merece. Me refiero al cariño, al sentirse escuchada o a sentirse útil. Esa incapacidad de la hija hace desdichada a la madre. Lógicamente, no de forma súbita, sino día tras día, hasta el punto de robarle la ilusión por vivir.

  Cabe aceptar que esto sucede, sencillamente, porque los seres humanos somos como somos, que es lo mismo que decir que esencialmente somos muy distintos y, salvando pequeñas diferencias, cuanto más nos relacionamos con el otro más emerge nuestra esencia. Y de la misma manera que el trato amoroso de una persona a otra no puede verosímilmente morir (el que ama se sigue sintiendo adscrito al amado), tampoco puede manar cariño si no existe en el fondo de la conciencia. La cualidad de amar, de ofrecer cariño al otro, va insertada para siempre en el alma sensible. No voy a desvelar nada más de la trama. Dejo el privilegio al estimado lector.

  La mirada de Magda Szabó sobre los personajes es una mirada a su alma y está dotada de esa intuición cómplice que hace que los veamos con una precisión similar al detalle que proporciona un microscopio. El suyo es un acercamiento psicológico que se entretiene en los detalles. No solo en el caso de Iza, sino en el de todos cuantos desfilan por estas páginas. La húngara crea personajes que nos fascinan porque los sentimos palpitar entre nuestras manos. En su elaboración, llega a esos rincones que tienen afinidades con alguna de nuestras conductas. Son tan humanos, tan cercanos y tan cotidianos también (poseen las mismas angustias que nosotros) que a una le da la sensación de estar leyendo una historia vivida por seres conocidos.

  Invito al lector a dejarse llevar por los finísimos acordes de esta balada. Aunque en momentos puntuales le haga desgarrar el alma, la sentirá más honda y certera que muchas otras baladas de muchos otros autores. Magda Szabó es autora de primera fila.

  Buenos días y buenas lecturas.

Deja un comentario