Fecha: 15 de junio de 2017
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Buenas tardes, Elena. Te felicito por tu nueva novela. Primero fue la trilogía “Tiéntame” (“Tiéntame”, “Tiéntame sin límites” y “Tiéntame solo tú”), luego la del «Placer» (“Trazos de placer”, “Secretos de placer” y “Palabras de placer”) y algunos relatos que abrieron el paso. Llevas un carrerón a tus 31 años… Háblame de tus primeros pasos, ¿a qué edad empezaste a escribir?
Muy pronto. A los 16 años escribí una historia de tres chicas en las que una de ellas moría, una comedia negra que nadie leyó. Así que cuando la acabé, la rompí y la tiré. Luego escribí otra de vampiros, antes de que saliera la saga Crepúsculo, porque los vampiros me encantan. También la rompí y dejé de escribir un tiempo porque, con la universidad, no encontraba horas.
¿Cursaste alguna filología, en la universidad?
Sí, estudié Filología Hispánica y cuando descubrí la literatura sudamericana algunos autores me fascinaron, como Cortázar. Cuando cayó en mis manos Rayuela, con esa historia de amor y obsesión, supe que lo que más me gustaba era escribir. Y lo hacía, pero eran relatos. Estuve unos cuantos años presentando mis relatos a concursos y siempre me seleccionaban. También participé en algunas antologías de relatos que se publicaron, pero los primeros en los que firmo sola se publican en el año 2013 con la editorial Tombooktú. Eran relatos de fantasía, terror y erotismo.
Ahora estás volcada en la novela erótica, ¿cómo has llegado a ella?
Por mis lecturas, creo. Almudena Grandes me encanta y a partir de algunas de sus novelas quise explorar esos caminos, pero añadiéndoles algo de terror. Así fue cómo nació la trilogía Tiéntame.
Tu novela está dentro de la erótica, pero no es solo eso. ¿Qué va a encontrar el lector en ella, Elena? ¿cómo defines tu género?
Yo lo defino como romántica erótica, con personajes que poseen siempre profundidad psicológica y muchos problemas que les atormentan. No escribo erótica pura. Además, me gusta mucho abordar la problemática social, siempre la incluyo. En mis novelas aparece siempre algún asunto de drogas, el maltrato a la mujer, etc. Así que el lector no encuentra erótica solo, o romance solo, sino que es una mezcla de los dos géneros, con una trama que recoge la problemática social actual.
¿Hasta qué punto te distancias del chick-lit?
En general, mis novelas tienen casi todas ellas mucho de chick-lit porque las protagonistas de las historias que cuento son mujeres modernas, que viven en la ciudad, que están abiertas al sexo, y que pisan la realidad. Sin embargo, a diferencia del chick-lit puro, en el que apenas hay drama y, si lo hay, se resuelve pronto y bien, en mis novelas el drama está siempre presente y los personajes tienen una personalidad muy compleja, están muy elaborados. En esto se separa mucho del chick-lit, cuyos personajes son bastante planos, ya que se centra más en crear situaciones que resulten graciosas. En el chick-lit no interesa cómo evolucionan los personajes y a mí me interesa muchísimo. También mis finales son más reales.
“Corazón elástico” abre una nueva trilogía que lleva como título “Corazón”. ¿Qué tipo de historia nos cuentas, la de un dulce tormento, tal vez?
Exacto. Es un amor que parece imposible, pero que no puedes soltar.
Acentúas lo erótico, ¿estamos ante una «Cincuenta sombras de Grey» pero de tono español…?
No, no se parece en nada. De hecho, no he leído la obra entera de Grey. Así que no me ha podido influir ni he querido parecerme a esa historia. Únicamente coincidimos en que hay erotismo, pero todo lo demás es muy distinto.
El protagonista de tu novela, Adrián, es un joven lleno de miedos y culpas. Ama a Blanca, pero vive esa relación con muchos altibajos. ¿Cómo es Adrián?
Una persona que ama demasiado, pero no sabe cómo amar bien. Ese es Adrián. En el primer libro, a lo mejor, no se ve bien esto, pero ya se verá…
En el fondo, Adrián y Blanca no son tan distintos. A medida que avanza la historia da la sensación de que se van contagiando uno del otro, parecen estar viviendo para complementarse eternamente… ¿qué tienes que decir a esto?
Sí, es verdad. Eso es, precisamente, lo que yo quería que descubrieran los lectores al leer mi novela. Que no son tan distintos. A lo largo de la trilogía ellos mismos se lo van a ir diciendo.
¿Cómo definirías la relación de Adrián y Blanca? ¿de amor arrebatadora, pero siempre con nubes y tormentas?
La relación es de amor arrebatadora, sí, pero lo que quería demostrar, sobre todo, es que eso es debido al carácter de ambos. Los dos están llenos de miedos, los dos son orgullosos, y ninguno de los dos sabe comunicarse. El problema básico es que no saben comunicarse. Blanca utiliza el sexo para comunicarse y lo hace a través del cuerpo porque vive ahogada en sus miedos. Y él, en el fondo, solo sabe comunicarse, a través del cuerpo, con Blanca. Si ellos hubiesen sabido comunicarse expresando sus sentimientos verbalmente desde el principio no hubieran surgido los problemas que tienen.
Para el lector que ya conoce a Elena Montagud, qué novelas serían la antesala de la trilogía “Corazón”. ¿Qué títulos tuyos preparan al lector para lo que les viene en esta nueva saga?
De todos mis novelas, esta trilogía a la que más se parece es a la trilogía del Placer, aunque en ellas las historia y los personajes son muy diferentes.
¿Por qué crees que el género erótico está siendo conquistado por la mujer? ¿Tal vez porque algunas autoras vienen de la literatura romántica, que es tierra de mujeres?
Aunque esto sea un cliché, lo cierto es que el hombre es más visual y la mujer es más idealista, más intuitiva, tiene más imaginación, y en estos libros eróticos hay una historia de amor que exige esa imaginación y esa intuición que es más propia de la mujer. También hay hombres que escriben erótica, pero lo hacen de otro modo, se centran más en el sexo y menos en la historia de amor. O solo en el sexo. Lo que sí hay es erótica homosexual masculina, pero eso es ya dentro de la novela.
¿De qué autoras actuales de novela erótica te encuentras más cerca?
Creo que estaría cerca de Samantha Young y también de Megan Maxwell, por esos puntos de humor que me gusta introducir en mis historias.
Mójate. ¿Quiénes son, para ti, las reinas del género erótico hoy en España y fuera de España?
De autoras españolas, ahora la reina indiscutible es Cristina Prada, autora de «Todas las canciones de amor que suenan en la radio» y otras dos que le siguen. Es muy erótica, aunque también es romántica. Y de autoras extranjeras, Brittainy C. Cherry, autora de la serie de los elementos («El aire que respira», etc.). Nos habla de dramas pero siempre son dramas muy reales, como a mí me gusta.
¿Quiénes crees que son tus lectores?
Básicamente, mujeres. Hay algunos hombres, pero pocos. El 90% de mis lectores son mujeres, de edades comprendidas entre los 18 y los 60 años, o incluso más. Y donde se concentra más mi nicho lector es entre los 25 y los 45 años.
¿Por qué has escogido la primera persona para contarnos la historia?
Porque acerca mucho y el lector conecta más con lo que está leyendo. Si la historia hubiese sido contada en tercera persona, por un narrador omnisciente, el personaje de Blanca, o el de Adrián, lo sabrían todo, y yo lo que quería era esconder cosas de los personajes. Así Blanca puede esconder lo que no quiere contar. Quería que mis personajes se fuesen conociendo poco a poco, porque como te digo, tienen una personalidad que evoluciona mucho a lo largo de las tres entregas. Ya se irá viendo…
Blanca es una chica que arrastra muchos complejos. De pequeña era el patito feo. Gordita, con gafas, una chica retraída llena de todas las inseguridades que hacen sentir mal a una persona. Dime, Elena, ¿a quién has querido sacar en tu novela con el personaje de Blanca?
El personaje de Blanca representa a cualquier mujer adolescente. Así que representa a todas, de hecho. Cuando se es joven todas pasamos, en algún momento, por ese periodo en el que estamos llenas de miedos, de complejos, y en esos años cargamos con las mismas inseguridades que Blanca.
Blanca es víctima de bullying. ¿Hasta qué punto crees que tu novela puede ayudar a esas chicas que han padecido bullying?
A lo largo de toda la trilogía, se van resolviendo los problemas que Blanca tiene al relacionarse con los demás. Con ello, quiero que las lectoras se den cuenta de que, en el fondo, tener miedo no es tan malo y, sobre todo, quiero transmitir el mensaje de que se puede salir del miedo y abandonar para siempre nuestras angustias. Perfectamente, aunque sea un camino largo.
Series actuales, música actual, nuevas tecnologías, toques de humor, etc. ¿Qué elemento crees que no debe faltar en una novela para que siendo de 500 páginas y haya 3 entregas, se lea con tanta amenidad?
La cercanía de Blanca con las lectoras y, sobre todo, la evolución. Las dos cosas.
La novela anda con Adrián, Blanca y Begoña, pocos personajes, aunque complejos. ¿Es un recurso intencionado el escoger pocos personajes para que el lector no se distraiga de lo esencial?
Sí, es un recurso que he hecho de forma intencionada. sobre todo, por cómo es Blanca. Si metes a más personajes se pierde la esencia de los protagonistas y no quería que esto me pasara. Blanca no sabe cómo relacionarse y solo tiene a una amiga, que es Begoña. Bueno, están los secundarios, claro, que salen y entran. Alguno de ellos tomará mayor protagonismo en las novelas que siguen.
Begoña, la mejor amiga de Blanca, es lesbiana. ¿Iremos viendo el desarrollo de las relaciones de los personajes secundarios en otras entregas?
Sí, iremos viendo la evolución de los personajes secundarios. Sobre todo, vamos a ir viendo las cosillas que le van a ir pasando a la pobre Begoña, que va a sufrir bastante…
¿Con el personaje de Begoña has querido dar visibilidad al colectivo LGTB o la historia te lo pedía?
Sí, he querido que la persona homosexual fuese una chica porque en todas las historias que he leído de chick-lit si la protagonista tiene a un amigo homosexual es un chico, no una chica. Nunca aparecen mujeres lesbianas como amigas. En esas novelas ese amigo gay resulta gracioso porque se describe como un chico alocado, muy divertido, y da ese toque gracioso, como sucede en algún personaje de «El cuaderno de Paula», por ejemplo, pero yo no había leído ninguna novela en la que la protagonista tuviera una amiga lesbiana, y además, sentí que Begoña iba a entender más a Blanca siendo así, por los problemas que la propia Begoña había tenido también.
Háblame de ese flash-back… ¿Te sirves de él para desgranar la historia poco a poco, para rescatar del pasado lo que quieres en cada momento?
Claro, sí. Yo necesitaba explicar por qué Blanca es así en el presente, porque si la llego a meter tal cual, sin explicar su pasado, las lectoras no iban a entender nada. Los flash-back sirven no para justificar la conducta de Blanca, sino para explicar lo que le sucedió y cómo llegó al punto en el que ahora se encuentra.
Aparte de la literatura, ¿qué es lo que más tiempo ocupa en la vida de Elena Montagud?
Yo trabajo. Soy profesora de español para extranjeros y eso me ocupa mucho tiempo. Tengo una jornada laboral normal y, a veces, acabo muy tarde. En mi tiempo libre lo que más tiempo me ocupa si he terminado una novela es la promoción. Y si estoy escribiendo, la escritura.
Elena, recomiéndanos un libro actual que te haya gustado
Os recomiendo cualquier libro de Liane Moriarty. Es autora de «El secreto de mi marido» y de «Pequeñas mentiras», por ejemplo. A mí me encanta porque sus protagonistas son todas mujeres que además, son madres y engancha mucho. Me interesa, sobre todo, porque son madres.
¿Has llegado a ser la escritora que soñabas cuando soñabas ser escritora?
Sí, porque soy escritora. Ese era mi gran sueño y se ha cumplido. Aunque yo sabía que quería ser escritora, en el fondo, nunca creía que lo conseguiría.
Ahora estás en pleno idilio promocionando tu novela ¿Cuánto dura ese idilio que te vincula a la historia?
Bueno, ahora tengo una nueva novela en mi mente, aunque aún no me he puesto a escribirla. Realmente, nunca me desvinculo del todo de lo que he escrito, otra cosa es que tenga que dejar mis novelas anteriores apartadas porque estoy con la promoción de otra o escribiendo otra. Siempre hay una canción, o un libro nuevo que leo o una imagen de la calle, algo, que me recuerda a alguno de mis personajes y hace que mis novelas vayan siempre conmigo.
Y finalmente, dime Elena ¿qué te gustaría que dijeran de tu novela los lectores al acabarla?
Me gustaría que dijesen que han entendido a Blanca y a Adrián, que han sentido con ellos, que se han reído, que han llorado, que les ha enganchado… y ¡que se lo han pasado bien!
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