«Desayuno con lactantes» de Mamá Saturada

portada     Hoy recomiendo «Desayuno con lactantes», un libro de humor con la que a una le gusta tropezar cuando anda buscando una lectura divertida, fresca y amena. Recoge una gavilla de situaciones cotidianas relacionadas con el hecho de ser madre. Su autor, Héctor Castiñeira (Lugo, 1982), como buen gallego, gusta de la ironía, de la broma con retranca y parece haber encontrado la dosis terapéutica de comicidad que hace más llevadera la experiencia de la maternidad.

     Por estas páginas, además de bebés, papás, mamás, biberones, chupetes y pañales, el autor pasea su infancia, unos años mecidos con «El pequeño Nicolás», «La fábrica de chocolate» y «Manolito Gafotas». Y en vez de hacerlo en primera persona, para disfrazar más la guasa, ha creado el personaje de una mujer que está casada y es bimadre de dos hijos bastante insoportables.

     «Desayuno con lactantes» es todo un guiño a los años ochenta, a una comicidad que se acuna en la desdramatización y no conoce lo soez. Se ha ido enhebrando con apuntes y notas recogidas en una libreta que el gallego siempre lleva encima. Al lector le resultará saludable en cualquier tiempo y lugar porque la risa, si es buena, no satura jamás.

     No vamos a encontrar en el texto consejos de salud y anda bien lejos de ser un manual de instrucciones para la crianza de los hijos.

     Su autor, hace unos años, dio vida a Satu, la enfermera saturada. Con ella saltó a la fama, pues la enfermera saturada protagonizó tres éxitos literarios que fueron traducidos a varios idiomas («La vida es suero”, “El tiempo entre suturas” o “Las Uvis de la ira”). En estas entregas Satu narraba su día a día en el trabajo y se convirtió en alguien (casi) de la familia para sus lectores. La publicación de la segunda entrega («El tiempo entre suturas») fue el libro de no ficción más vendido en nuestro país y el gallego —cuya identidad permanecía oculta— tuvo que abandonar el anonimato. Con el éxito de estas obras, sus compañeros de hospital alimentaban sus sospechas de que fuera él quien se escondía bajo Satu, y se le hacía muy incómodo tener que esconderse cada vez para anotar la anécdota sin que éstos lo vieran.

     En esta ocasión, basándose en su experiencia de enfermero pediátrico, el lucense se pone en la piel de una madre de dos niños a través de otro personaje femenino: Teresa Antúnez (o simplemente, Tere).

     Tere es funcionaria, maestra, gallega, está casada con Guillermo y es bimadre saturada de dos gremlins. Primero nació Mateo (dos años y once meses) el gremlin mayor, un niño alegre, gracioso y muy cariñoso, pero con una energía tan desbordante que si se le arrimase un iPhone se cargaría la batería. Algo similar a una batidora sin tapa. Luego vino Nicolás, o Nico, el minigremlin (10 meses), quien le hará perder los nervios en no pocas ocasiones.

     El libro es una sucesión de gags muy jocosos, en los que se desdramatiza cualquier situación y se desbrozan dudas y secretos que atenazan a una madre que vive angustiada, estresada, adormilada, cansada… es decir, saturada, por la crianza de estos dos gremlins. Tere nos cuenta, con mucho humor, esos momentos inolvidables que brinda la maternidad.

     La edición es muy cuidada y presenta una ilustraciones a color fantásticas. Está dividido en brevísimos capítulos que se centran en los momentos clave en la vida de un niño (los cumpleaños, las canciones infantiles, la feria, la vuelta al cole), esas cosas sin las cuales un niño no sabe vivir (los dibujos animados, las vacaciones de verano y los miembros de su familia, abuelos, tíos, primos y demás familia), y esas otras que convierten a las madres de hoy en madres saturadas (los grupos de whatsApp del cole y las visitas al pediatra).

     Tiene episodios desternillantes, como cuando Tere acude a la cita con la matrona y nos cuenta cómo le ha pasado factura el embarazo. Para Tere, ser madre primeriza supuso pasar de tener cuerpazo a tener un cuerpo escombro, y ser madre por segunda vez supuso pasar de tener unas medidas de modelo (noventa-sesenta-noventa) a unas medidas de “nomentra-sesienta-revienta”.

     En definitiva, un libro protagonizado por una madre, pero dedicado a todo el que viva angustiado y busque, sencillamente, pasar un buen rato.

     Las madres, naturalmente, pueden disfrutar de él en esos momentos que tienen para ellas después de haber acostado a sus hijos y conseguirán reírse de sí mismas. Los demás, cuando les apetezca porque está hecho con esa comicidad que sienta bien en cualquier tiempo y lugar.

     Buenas tardes y buenas lecturas.

    Ver entrevista con el autor  

Hector-Castineira-Enfermera-Saturada.jpg

3 comentarios en “«Desayuno con lactantes» de Mamá Saturada

  1. (Otra vez se me ha borrado el comentario…)
    Como te decía, esta línea de lecturas ágiles y amenas me parecen necesarias para cambiar de estilo lector, entre lecturas densas o intimistas (de esas que te dejan «tocada» por dentro), un libro así siempre es un viento de aire fresco.
    Reconozco, no obstante, que no suelo invertir mucho en estos libros. O bien me los compro de segunda mano o los cojo de la biblioteca.
    Muy interesante tu propuesta de hoy, la tengo en cuenta.
    Besitos.

    Le gusta a 1 persona

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s