«Cosmética del enemigo» de Amélie Nothomb

cos     El libro de hoy es una novela de ésas que agarran por la yugular. Que tiran de dentro como una ventosa de la que cuesta despegarse. ¿Género? El talento. ¿Trama? Un aeropuerto y un hombre cuyo vuelo se retrasa dispuesto a leer un libro. Un tipo pesado a su lado le da conversación. El hombre que espera el avión intenta desoír las sandeces del desconocido, se resiste al diálogo, pero su resistencia es tan inútil como ignorar que el sol sale todos los días. Las palabras del pelmazo consiguen que abandone la lectura. No es para menos. El tipo le cuenta que ha violado a alguien, que ha cometido un asesinato… El hombre que espera se tiñe de angustia, de culpa, de desesperación, de dudas… Su vida se ha convertido en una pesadilla. Está escuchando latidos de una vida percutida con idénticos estigmas que su vida. Su moral se ha sentado frente a él. Y le está tocando bien las narices. «Es a su piel a quien me dirijo (…) tenía que hacérselo vivir a través de un vértigo sagrado». ¿Una impresión? Golpe seco en el cráneo. Una brutal sacudida.

     Añadiría poco más. Algo de la autora y el título. Y algún comentario. La autora es Amélie Nothomb, la escritora viva que más me gusta. Nacida en un pueblo de montaña cerca de Kôbe (1967, Japón), aunque ella confiesa sentirse belga, sobre todo, desde que su abuela le dió a probar el chocolate. Su escritura es soberbia y sus obras, finas exquisiteces que se deshacen en nuestro paladar como el mismo chocolate belga. Prolífica en reconocimientos (cada obra suya recibe un premio -algunos, de los gordos-) y miembro de la Real Academia de la Lengua y de la Literatura Francesa desde 2015. Sobra decir la resonancia internacional de su agudísima forma de escribir. De su natural, autobiográfica, original y, a veces, sórdida y pedante, materia prima. Yo la recomiendo porque me encanta, claro. Pero también porque rezuma ser una mujer inteligente o, al menos, una colige de sus textos rasgos propios de una mujer que se ha hecho a sí misma.

     Lo suyo es una escritura autobiográfica, lo acabo de decir, pero nunca es la misma escritura. Cada libro es una parte de su piel, un pequeño jirón (hay que ver qué difícil le resulta despojarse de ella misma), bien escogido antes de ser extirpado, y puesto en la mesa de disección, para goce y disfrute del lector curioso por explorar su prosa. Sin embargo, como el plumaje de muchas aves o el aspecto de esos artrópodos que mudan tras la reproducción conservando su morfología externa, la escritura de la belga mantiene su esencia. No es la misma, pero es ella. Siempre bella. Siempre desafiante. El asunto puede ser sórdido, lacrimógeno, cruel… o puede ser rico, alegre y humano, pero el estilo de Amélie Nothomb es siempre bello y desafiante. Ésta es la anatomía patológica de su escritura.

     Y qué decir del título: Cosmética del enemigo Mejor, escuchemos la voz en el relato:

     «La cosmética es la ciencia del orden universal, la suprema moral que determina el mundo (…) Le estoy mostrando cuál debería ser su camino natural, su destino cosmético (…). Todos los criminales no tienen un sentimiento de culpabilidad, pero cuando lo tienen, no pueden pensar en nada más. El culpable va al encuentro de su castigo igual que el agua fluye hacia el mar (…)» (pág. 72).

     Y el enemigo «soy la parte de ti que no se niega nada a sí misma, (…) soy la parte de ti que no olvida nada (…), soy la parte de ti que no se niega nada de lo que realmente le apetece (…), soy la parte de ti que te destruye (…)».

     El librito encierra más angustia, desesperación e insomnio para el lector en sus 96 páginas que cualquiera de los tochos de autores que creen que estos ingredientes se venden a peso. Aquí no se pierde el tiempo en detalles. Además de un estilo brillante, ya dije bello y desafiante, yo arriesgaría algo más. Diría que la autora tiene un estilo reflectante, especialmente en este libro. Porque más que (o además de) conmover, una vez sumergidos en sus páginas, nos ciega el fulgor de nuestro propio reflejo. Será porque cuenta una historia que a todos nos puede pasar… Ese tipo que se sienta al lado y empieza a incomodar… Será porque el diálogo es preciso y ágil… O será porque yo tuve un momento de decir: «cierro el libro y mañana seguiré»… pero no pude. Qué más da. Os recomiendo su lectura. Eso sí, no lo hagáis mientras esperáis un avión como el protagonista, por eso de no jugar a que en vosotros se dibuje ese alter ego que, precisamente, dejasteis en casa. Buen libro, excelente libro. Un libro sobre la moral que, a modo de pistas, cada lector irá recogiendo desde la primera página hasta componer un íntimo (ya se verá si doloroso) mosaico final.

     Buenas tardes y buenas lecturas.

ami

 

 

3 comentarios en “«Cosmética del enemigo» de Amélie Nothomb

    • Esther, mejor ésta que «Sabotaje amoroso», ¿verdad? Dudé en cuál reseñar. Ahora estoy con «Pétronille». Dime que tal te pareció «La nostalgia feliz» o «Metafísica de los tubos». Creo que vamos a coincidir. Es que la autora es brutal, ¿eh?. A mí me rapta por completo. Pero esos raptos consentidos… Un saludo.

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