
Con «Candela» Juan del Val ( Madrid, 1970) obtuvo el Premio Primavera 2019. Un tapiz de personajes de lo más almodovarianos, sirven al madrileño para construir una comedia de fondo triste, realista y de lo más amena. Frases cortas, capítulos que vuelan y un final que cierra como si de una película del manchego se tratara.
La narración es un tapiz de vida. Un retrato familiar en el que se observa cómo puede cambiar la vida sin que suceda nada extraordinario. Para elaborar este retrato ha escogido a tres mujeres, que pertenecen a tres generaciones: madre, hija y abuela. Las tres tienen en común una vida poco afortunada. No han tenido suerte con los hombres, ni con lo que les pasa. No han tenido suerte con nada.
Candela, que así se llama la hija, toma la voz narrativa y nos va contando las luces y sombras de los personajes. Tiene cuarenta y pocos años y una vida normal, sin sobresaltos. Se diría que, incluso, algo aburrida. A ella nunca le ha sucedido nada fuera de lo común. No se ha casado con un hombre extraordinario, ni ha tenido suerte con los amantes. Se gana la vida sirviendo en un bar, ese lugar de paso donde, como la propia vida, entran y salen alegrías, amarguras, deseos y sueños. El bar es el escenario de la novela y de la vida de Candela. Allí sucede todo.
Este es el arranque de la trama. Poco a poco, se va viendo la evolución de esta mujer anodina, una evolución que la transforma hasta el punto de llegar a sentirse una mujer dichosa. El secreto no es otro que mirar la vida desde un ángulo distinto. Este es el trasunto de la trama. La evolución que sufre Candela, una evolución íntima, secreta, simplemente, cambiando la mirada de las cosas. Candela es una mujer afortunada que no sabe que lo es.
Su madre es tuerta y, al morir, Candela mantiene interesantes conversaciones con el ojo de cristal que llevaba en la cara. Es lo único que le queda de ella. Y como el ojo lo ve todo, a pesar de estar muerta, la madre de Candela está al corriente de cuanto hace su hija. Esta situación es de lo más jardielesco y, naturalmente, nos arranca más de una carcajada. Y no será la única. La novela tiene muchos momentos jocosos que consiguen que, a pesar del duro fondo que la sostiene, se lea con una sonrisa en la cara.
No es una novela pretenciosa ni posee especial valor literario, a pesar del premio recibido. Está escrita para agitar una emoción, una sonrisa, alguna reflexión y, desde luego, para pasar un rato entretenido.
Buenos días y buenas lecturas.
Una pequeña precisión, no es Luis, es Juan. Aunque ninguno de los dos despierta mi curiosidad lectora. Creo que la discreción es un aliciente en un escritor y no es el caso, Pero para gustos…los colores. Un abrazo.
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Ay, gracias, MaryCarmen. Soy escuchante de radio y el inconsciente me ha traicionado. Qué curioso. Muchas gracias por tu comentario. Ahora mismo lo cambio.
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Ay, yo también tuve mi época de escuchar la radio y Luis ha sido un referente. Creo que la radio fue el primer audiolibro para mi generación. Por cierto, siempre es un placer leerte, aunque no participe mucho.
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Muchas gracias, MaryCarmen. Cualquier comentario enriquece. ¿Tú tienes algún blog?
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No. No tengo blog. Considero que es muy sacrificado hacer reseñas tan elaboradas. Pero me encanta leerlas y en ocasiones, buscar el libro si despierta mi curiosidad. Eso sí, como leo bastante, me anoto en una libreta los títulos, autor y editorial y añado unas frases con lo que me pareció. (Me encanta escribir a mano) Por eso admiro y agradezco tanto a las personas como tú, que me descubren nuevas lecturas o me ahorran disgustos. Pero las redes me parecen agotadoras. No hay tiempo material para estar al día de todo. ¡Es una bendita locura!
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Sí, MaryCarmen, yo también escribo a mano. ¿Te leíste «La nieta del señor Lihn»? Me dicen muchos de mis seguidores que gracias a la reseña de mi blog ha sido un descubrimiento para ellos. Es una historia preciosa, corta, apenas cien páginas. De una ternura insuperable. Yo también agradezco las recomendaciones que me hacéis vosotros. Desde luego, una no puede leer todo… Si quieres recomendarme alguna lectura bonita, puedes hacerlo siempre que quieras. Un saludo!
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Sí, ya lo había leído y comentado en el 2017 contigo. Me gustan los libros de pocas páginas porque considero que son verdaderos trabajos de orfebrería. Y Claudel es casi siempre, una lectura recomendable. También es verdad que una no puede leer todo, pero cuando me pongo frente a las novedades, me doy cuenta que lo que se publica actualmente, cada vez me interesa menos, por eso algunos blogs son de mucha utilidad.
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Sí. Coincido contigo en el valor de los textos breves. Muchas gracias por tus comentarios, MaryCarmen.
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